La leyenda cuenta que los mexicas venían de Aztlán guiados por un dios llamado Huitzilopochtli, quien les dijo que les prometió llevarlos a una tierra donde tendrían que asentarse y ahí iba a ver una señal. La historia dice que esta tierra se asentaba en el Lago de Texcoco y que cuando los mexicas llegaron vieron un águila posada sobre un nopal que devoraba una serpiente; sin embargo, esto no sucedió así. Mucho se ha escrito sobre los mexicas, a quienes se les creía que eran un pueblo bárbaro y conquistador, que se asentaron en el Lago de Texcoco al ver una señal y que provenían de Aztlán; sin embargo, el arqueólogo, Eduardo Matos Moctezuma, quien ha dedicado decenas de años a estudiar a este grupo lo desmintió.